viernes, 18 de septiembre de 2009

MALDITOS BASTARDOS



El amigo Quentin ha regresado a las pantallas con una historia bélica tan llena de referencias como personal. Algunos la tachan de banal, otros de fallida y otros de lenta y extremadamente larga. La han considerado una obra menor del niño rebelde de Hollywood. Yo difiero, es una obra mayor, muy mayor, un resurgimiento de Quentin como maestro dialogista y su confirmación absoluta como brillante realizador. A continuación analizaré varios puntos a tener en cuenta del film sin desvelar nada del argumento, osea que podéis leer tranquilos si todavía no la habéis visto.

La historia: típica hasta cierto punto. Basada muy libremente en el clásico film bélico italiano "Aquel maldito tren blindado" (Quel maledetto treno blindato, 1978) del maestro Enzo G. Castellari. Llena de guiños cinéfilos y dividida en capítulos como si de un cuento se tratase (como a él le gusta). Cada capítulo es una pequeña película en donde el ritmo es diferente pero siempre es el adecuado, al igual que el tono, que vira imprevisiblemente del drama a la comedia y de la comedia al drama, dejándonos en ocasiones boquiabiertos.

Los actores: qué decir del monstruo llamado Christoph Waltz, todo un fenómeno con sus maravillosos cambios de humor y su dominio de mil y una lenguas. La joven Mélanie Laurent, nueva heroína tarantiniana, traspasa la pantalla con su belleza. Diane Kruger, radiante como siempre. Nuestro Daniel Brühl también lo hace bien y Eli Roth no desentona. El más flojo del reparto es Brad Pitt, pero se le perdona que vuelva a sobreactuar porque en el conjunto no queda del todo mal.

La música: repleta de temas que Ennio Morricone compuso para otras películas como "Revólver", "El halcón y la presa" o "Allonsanfàn". También posee fragmentos de bandas sonoras de Charles Bernstein, Lalo Schifrin y Jacques Loussier, entre otros y, en general, todas las músicas están bien encajadas, como suele ser habitual en las películas de Tarantino.

El idioma: este punto adquiere una gran importancia al producirse un cruce de cuatro idiomas (inglés, francés, alemán e italiano) y todos ellos de suma importancia dramática. A su vez Quentin Tarantino se merece un aplauso al ser uno de los pocos en hacer una película de nazis en Hollywood, en donde los nazis no hablan inglés sino alemán.

En definitiva, un peliculón que no hay que perderse.

-El detective mutilador-

No hay comentarios: